lunes, 19 de octubre de 2009

Fragmentos de Maleta de Mano

se llamaba Visa, no Isabel.

1.

llevo la mano al pecho de mi camisa negra
- la verdadera, no la del fantoche Juanes -
pensando en la mujer
en esas dulces prendas por mi mal halladas


como una carta de amor, ahí estaba
- Visa Internacional -
lejos del corazón y cerca del infierno
y como no soy de la tribu que dice "en pelotas"
yo diré simplemente
que estaba ahí
desnuda, muy azul, la maldecida
y al gratuito alcance de la mano


en cada movimiento
en cada vaivén
en cada roce
ahí estaba la zorra
la muy pulga
la magnética mía
agarrándose obscena a mi tetilla izquierda


2.


todo empezaba con unas cosquillas raras
unas ganas dementes de nadie sabe qué
una fiebre en los dedos
una lengua azulada plásticamente erecta
reclamando los labios de una cajero automático
y la mano - de pronto - que parece alocarse
tecleando febrilmente esas zonas erógenas
de aquel hueco sin hueco incrustado en un muro
ritualizando un código
único
intransferible



algo resbala
algo se contorsiona y rezonga por dentro
algo sofoca, algo kafka y exaspera por fuera
frente al cajero del Banco del Pinchincha.
mi ego Rockefeller me bombea la sangre
el FMI me escupe risitas proxenetas
en ese malabarismo que dura 10 segundos
el cajero ha parido billetitos de a un dólar.

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