lunes, 19 de octubre de 2009

Fragmentos de Maleta de Mano

los efectos de la Bolsa en la poesía


no tengo nada en la Bolsa ni en el Banco Central

y siendo así

las acciones que no pude comprar

se irán para Irán o para Palestina

convertidas en minas antipersonales


cuando uno no tiene acciones en la Bolsa ni en el
Banco de Londres

no tiene voz ni voto en la súbida del dólar

y es muy proclive a la baja de testosterona.

en ese caso a uno pobre le falla la vista

la mano se equivoca, tropieza, se va lejos

del clítoris del Banco Mundial

sólo le queda adivinar cómo serán los huesos de las nubes

o intentar agarrarle al aire por el pescuezo.


siempre pensé que la poesía era cuestión de huevos


yo que siempre que pude vanagloriarme

de llevar un par de huevos ajustados con tuerca

ahora

declaro que si algo hice como poeta

sólo fue por amor a la camiseta de Horderlin.

nunca me interesó saber a cuánto estaba el dólar

ni el barril de petróleo.

preferí quedarme contemplando un buen culo

el vidrio de las estrellas molidas

los ojos de las luciérnagas.


pero -¡oh!

- las malas noticias nunca vienen solas-

el mundo entero se ha confabulado para extirparme el
testículo izquierdo

pobrecito testículo que nunca le hizo daño a nadie.

huevito vallejiano sin vergüenza ni bolsa

colgado, como buen llavero

en la bisagra de la Puerta Grande.

Artículo de El Comercio sobre Boca a Boca


Oviedo vuelve con versos de la desolación

8/26/2008

Redacción Cultura

‘Boca a boca’ es el poemario que esta noche (19:00) presenta Ramiro Oviedo en el Centro Cultural Benjamín Carrión, Jorge Washington y Páez. Publicado por Eskeletra, los editores mencionan que Oviedo marca el paso hacia un nuevo registro de escritura.

“Cerebral, maleable y polisémica, la lengua copia al ojo que escruta el mundo, inventariando las perversiones del capital en las relaciones naturaleza-cultura”.

El mundo es un paisaje en quiebra/ Con cáncer en los huesos.
Ramiro Oviedo
Escritor

Ocultando deliberadamente, en el subsuelo lo local y lo coyuntural, estos textos de contextura universal conciben el mundo como un paisaje en fase terminal, sometido a terapia intensiva y al gesto extremo de respiración boca a boca...

La singularidad de la escritura de Oviedo, uno de los más destacados poetas ecuatorianos contemporáneos, se afirma y se consolida con este libro.

La ironía, el desenfado, la memoria y el desaliento se imbrican en estos versos. En Fakires expertos en Gastronomía (la crítica poética), Oviedo dice:

(Cristo sobrevivió sin obsesión de agua y sin una miga de pan cuarenta días en medio del Desierto). El diablo le tentó con cuatro Fioravantis heladitas. un ecuador/de flores y de frutas.

Cristo dijo, No y murió crucificado. Por los alrededores van a irrumpir aprendices de zánganos. O en Almodóvar & Cia:

Absorbiendo la luz y las moscas contemporáneas/Cuarenta metáforas rodean una docena de cerdos desnudos/Impúdicamente colgados en un camión frigorífico/ Almodóvar & Cia-carnes y embutidos ibéricos.

En medio de este desorden de película, hasta la lluvia parece feliz./El apocalipsis es un mitin de heavy metal/Un Woodstock 2008, ‘made in’ China, repleto de carne gótica.

Ramiro Oviedo (1952) alterna su vida entre la cátedra, la poesía y organizador de encuentros de escritores hispanófonos y francófonos en la Université du Litoral y diversos coloquios sobre literatura latinoamericana en ese centro de estudios de Francia.

Sus obras más conocidas: ‘Jeroglyphe’, textos libres, ‘Dialogues littoral’, ‘Atelier Culture’, ‘Dunkerque’, 1998; ‘Serpencicleta’, poesía, Editorial Eskeletra, Quito, 1999; ‘Esquitofrenia’, poesía, Eskeletra, Quito, 2001; ‘Les poemes du Colonel’, poesía, Ed. Jacques Brémond, 2003, ‘Prix Trouveres’ 2002, ‘Salon du Livre Touquet, Prix Claude Sernet’, ‘Salon du Livre de Rodez’, 2004. El poeta Iván Oñate presentará la obra de Ramiro Oviedo.

Fuente: http://ww1.elcomercio.com/solo_texto_search.asp?id_noticia=139577&anio=2008&mes=8&dia=26

Ramiro Oviedo presenta poemario Boca a Boca

Bajo el sello de la editorial Eskeletra, la obra se presentará en el Centro Cultural Benjamín Carrión.


Hoy, a las 19:00, se lanza el libro de poesía titulado Boca a Boca, de autoría de Ramiro Oviedo, poeta ecuatoriano y profesor universitario residente en Francia, desde 1987. El ingreso es gratuito.

Bajo el sello de la editorial Eskeletra, la obra se presentará en el Centro Cultural Benjamín Carrión, ubicado en la avenida Jorge Washington y Páez, y contará con la intervención del poeta y catedrático Iván Oñate.

Esta obra ha sido descrita como un paso hacia un nuevo registro de escritura. Cerebral, maleable y polisémica.

Los textos de Oviedo, de contextura universal, se enmarcan dentro de lo local y lo coyuntural, en donde la lengua copia al ojo que escruta el mundo, inventariando las perversiones del capital en las relaciones naturaleza-cultura.

Mientras vivió en Quito, Oviedo alternó la docencia en varios colegios de la capitalcon la escritura. A esas actividades se sumó su participación en talleres literarios.

En Francia, donde actualmente reside, se desempeña como profesor de Literatura de la Universidad del Litoral, en Boulogne Sur Mer.

La obra de Ramiro Oviedo ha sido recogida en varias antologías poéticas; una de ellas es la Antología esencial de la literatura ecuatoriana contemporánea.

Serpenciclieta, Esquitofrenia, y en francés: Hiéroglyphe, Semaine Sainte, Fanesca, La nature se méfie de la vitesse, Les poèmes du Colonel (Prix Trouvères et Prix Georges Sernet) son algunos de los títulos publicados por el poeta nacido en Chambo (1952).

Algunas de las obras de Oviedo han sido recopiladas en la antología virtual de escritores iberoamericanos de la página www.palabravirtual.com.

En esta dirección constan títulos como Color hueso 1, Color hueso 2, Escrirbir y Llueve, prácticamente gratis.
Redacción Cultura
cultura@telegrafo.com.ec

Tomada de la edición impresa del 26 de agosto del 2008
Fuente: http://www.telegrafo.com.ec/cultura/noticia/archive/cultura/2008/08/26/Ramiro-Oviedo-presenta-poemario-Boca-a-Boca-.aspx

Encuentro de escritores nómadas en Madrid, mayo 2009.


Escritores ecuatorianos emigrados hablan de su vida literaria

Cuatro autores ecuatorianos que viven fuera de su país coincidieron en algunas ideas, como en aquella de que el emigrante siempre piensa en el retorno a su país y cuando vuelve se reencuentra con los fantasmas del pasado que le hacen pensar, un tiempo después, en marcharse otra vez.

Esta y otras reflexiones nutrieron hoy el "Encuentro de creadores nómadas", una mesa redonda celebrada en Madrid, en la Casa de América, con la participación de los escritores emigrados Alfredo Noriega, Ramiro Oviedo, Vladimiro Rivas y Daniela Gaviria.

Daniela Gaviria, que resolvió salir de Ecuador hace "sólo" tres años, dijo que prefiere ser nómada y por eso a partir de ahora se tendrá como tal en vez de inmigrante.

La autora, que reside en Barcelona (España), dijo que su condición de expatriada la ha proporcionado experiencias ricas, como la posibilidad de comunicarse a pesar de no entenderse con personas que hablan otras lenguas, como el catalán o las de gentes de múltiples nacionalidades que encuentra en Cataluña.

Y le ha permitido descubrir "el monstruo", el "imaginario que hay dentro de cada inmigrante", en su caso el de "ser ecuatoriana" y el hecho de llegar a ser consiente de ello viviendo fuera de su país.

Gaviria dice que fuera de Ecuador ha sido consiente de "lo que llevaba dentro", de las taras y los complejos, de la xenofobia con sus mismos paisanos, con los indígenas, con "lo cholo", dentro de Ecuador; de las explicaciones que al principio debió dar a los demás sobre su país, sobre el lenguaje o la forma de vestir.

Eso fue lo más difícil "en el sentido práctico" -dijo-, pero en lo literario "sucedió que al fin pude escribir, sola, lejos".

Para Vladimiro Rivas, que reside en México, el inmigrante es "un exiliado; un insomne que sale de un sueño para meterse en otro".

Rivas explicó que, al menos en su caso, construye "una realidad a partir de otras. Recuerdos personales, sueños, pesadillas que mete en una licuadora para fabricar una historia distinta".

Ramiro Oviedo, que vive en Francia hace veintidós años, citó un recuerdo de infancia, cuando su madre, enfadada, les decía a él y a sus hermanos: "un día me iré y Ustedes no me volverán a ver nunca". Ese concepto "de irse, de viajar", es lo que el escritor entendió mucho tiempo después. Y hoy por hoy, dijo, "la ausencia del país pesa mucho".

Oviedo -autor de "Boca a boca", "Esquitofrenia", "La nature se méfie de la vitesse" o "Les poèmes du Colonel"- habló también de la experiencia propia y se preguntaba "cómo es posible el amor y el odio por el país al mismo tiempo".

Hablando del "amor-odio", Ecuador Ramiro Oviedo aseguró que reconoce que "algo ha cambiado" para que sus autoridades culturales hayan promovido la edición de la "Literatura de Ecuador", una antología que ha sido presentada estos días en España; cinco volúmenes que recogen una vasta representación de los poetas, cuentistas y novelistas contemporáneos del país.

Alfredo Noriega, residente en París desde 1985, autor de obras como "Desasitios", "La longue-vue", "De que nada se sabe", "La pared norte" o "Yanasacha" sólo dijo que le resultaba "aburrido" hablar de él y de sus colegas como escritores, y que prefería leer unos fragmentos de su obra.

Y leyó dos pasajes breves de su novela "9 mm parabellum", uno en el que un extranjero visita Ecuador y descubre el lenguaje y la idiosincrasia, y otro en el que una mujer se desespera ante las costumbres y comportamientos de los hombres quiteños.

Madrid, EFE.


Fecha de Publicación: 2009-05-08 00:00
Fuente: http://www.eltiempo.com.ec/noticias-cuenca/15715-escritores-ecuatorianos-emigrados-hablan-de-su-vida-literaria/

Entrevista sobre Los Poemas del Coronel

Oviedo da homenaje a García Márquez.

Publicado el 09/Abril/2007 | 00:00

Escritor ecuatoriano Ramiro Oviedo


¿Quién es? Es poeta, nació en Chambo en 1952. Entre sus obras se encuentran Serpencicleta y Esquitofrenia. Ha publicado también el libro Escaner (en español) y unos cinco en francés. Vive en Francia desde hace 20 años.

La sección Libros-On-Line de HOY contiene la presentación y varios textos de Los poemas del Coronel A. Buendía, escritos por Ramiro Oviedo, quien próximamente presentará en Quito una versión de estos escritos en castellano, editada por la CCE. La crítica ha sido generosa con este libro, que obtuvo en Francia el Premio Los Trovadores, en 2004, y el Claude Sernet, en 2005.

Según Oviedo, este evento constituye su homenaje como lector a la pluma magistral del escritor colombiano.


¿Cuál considera usted el aporte fundamental de García Márquez a la literatura universal ?

La escritura de García Márquez será celebrada siempre por su maestría compositiva y por el contenido filosófico-político de sus ficciones. Nadie como él ha sabido rentabilizar artísticamente la grandeza y la miseria humanas, universalizando el modus-vivendi de una porción del mundo, criticando el orden establecido y la farsa del poder en espacios castradores y en tiempos históricos inútiles. La virtuosidad de él supera el cliché del realismo mágico que todos apuntan. “El Mago” sabe re-elaborar poéticamente al mundo, preguntándose qué mismo pasa con el tiempo y construyendo simultáneamente un discurso monumental sobre el poder, el amor y la muerte. El bricolaje entre crónica, reportaje, relato, poema y cine es un verdadero logro de hibridez transgenérica.


¿El libro Los Poemas del coronel A. Buendía es un hijo directo de García Márquez ?

Es innegable la filiación que usted subraya. García Márquez inventa en Cien años de soledad un personaje que opta por la lucha revolucionaria contra el oficialismo desde que asiste como testigo a un fraude electoral propiciado por la derecha. Las 32 derrotas y el aura de derrota que impregna en general la vida de este héroe mítico, me han seducido al punto de querer “salvar ” esos 33 poemas. Me parecía injusto que Aureliano perdiera siempre. Entonces, a lo mejor este libro no sea un hijo directo, sino más bien bastardo, pero en todo caso admirativo del texto y de su héroe, un buen ejercicio de inter-textualidad, si se toma en cuenta que la voz lírica de estos poemas no intenta secundar siempre al autor de la novela sino más contradecirlo en varios aspectos, acolitándole más bien al personaje, por pura simpatía.


¿ Puede citar un ejemplo?

Claro. No son fortuitos los 33 poemas, confrontados a las 32 batallas perdidas, debido a la precariedad logística de los vencidos, al inmovilismo social y a la omnipotencia del partido instalado en el poder. Quiere decir que el olor de la palabra dura más que el de la pólvora. Otro ejemplo: como todo pesimista lúcido, el narrador niega una segunda oportunidad a los personajes, contrariamente a lo que muestra este libro, que constituye la única victoria del coronel.


¿Por qué existe una edición en francés de estos Poemas del Coronel A. Buendía, previa a la edición en español que saldrá en los próximos días?

Que hayan transcurrido 3 años para que estos textos aparezcan en español no es sorpresa. La poesía no se vende, entonces, según los editores, no vale la pena publicarla. Por otra parte, hay quienes piensan que todo lo relacionado con García Márquez es obsoleto. Da risa leer comentarios criticando la escritura de “El Mago” y predicando las bondades de la vanguardia. Nuestro país no es una excepción los cándidos se apresuran a enterrar a cualquier escritor, por eterno o insuperable que sea. (DP)

Fuente: http://www.explored.com.ec/noticias-ecuador/oviedo-da-homenaje-a-garcia-marquez-263723-263723.html

una de chullitas

( de Cajita de Bla-Bla )

desde chiquito yo era mexicano

todos los guambras del barrio éramos mexicanos

íbamos al futbolín

no a jugar futbolín

sino a leer santo, el enmascarado de plata,

el valiente, memín pingüín, el llanero solitario

los domingos, cuando no íbamos al fútbol

éramos más mexicanos que nunca

íbamos al coliseo-dos películas mexicanas por un sucre-

y salíamos con ganas de ser tony aguilar

pedro infante o javier solís

tener pistolas y cantar rancheras jineteando un caballo

pero qué caballo íbamos a tener

si vivíamos con las justas

los únicos caballos en carne y hueso que pudimos ver

fueron los de la policía nacional

que venían desde la plaza grande

después de haber salido del regimiento quito

a dispersar las manifestaciones

de un mundo de quiteños que gritaban

abajo ponce

abajo el loco

abajo el borracho

nunca comprendí ese comportamiento de este pueblo

que parecía trabajar de ascensorista

subiendo y bajando presidentes

la cosa es que los chapas subían a caballo

la calle venezuela

con unos sables de esos de los tres mosqueteros

nosotros les esperábamos en la ambato

jugando a los chullitas y bandidos

pintándonos con carbón unas patillas de mariscal sucre

con pistolas de palo y balas de maíz

quemando llantas

reuniendo bolas (canicas, para los aniñados)

y cuando estaban en mitad de la cuesta

las echábamos a rodar camino abajo

y era de ver- parecía película-

los pobres chapas cayéndose de culo

los caballitos patinaban y se daban de panza

y se nos daba por sentirnos héroes

personas importantes

en esas aventuras súper-emocionantes

con ráfagas de piedras zumbándonos la oreja

las puertas lanfor de los almacenes

cerraban volando, parecían guillotinas

y las viejitas rogando abra, señor,

un ratito nomás

y el señor pepe guerra, talabartero ciego,

suplicando también abra un ratito,

un ratito nomás, hasta que pasen,

pero nunca pasaron porque nunca pudieron

y nosotros

-los chullitas del barrio-

volvíamos a la casa como abdón calderón

pero enteritos

como el teniente ortíz, oliendo a pólvora,

a lavarnos la cara que olía a chamuscado

y a bomba lacrimógena.

recado
( De Cajita de Bla-Bla )



hermano

te digo que aquí hay un mundo de cantinas

que cierran tardísimo

peladas bacanas de la cruz roja que te ofrecen café

en pleno invierno y que te paran bola

gratis -nada de hacerse el loco-

bomberos que te llevan a un hospital cinco estrellas

con sirena y todo

en caso de coma etílico

esto es civilización, hermano,

hasta los chapas son buena onda

los parques son de adeveras

incluso hay tréboles

la hierba es hierba -no pura paja-

puedes echarte

sin temor de que te pique el trasero

las nubes no pasan volando como allá

y cuando vuelves al cabo de semanas

hasta los perros se acuerdan de vos.

poeta carnívoro

juro que antes yo era una alma de dios

un borreguito buena gente que bla-blaba bonito

soñaba en san francisco de asís

y me preguntaba bobadas

por ejemplo

cuánta madera entra en un violín

hasta que me di cuenta que el mundo era una mierda

entonces dejé de decir "socorro, no hice nada"

sentí que me crecían las uñas desmesuradamente

se me cambió la voz, la piel,

y terminé rugiendo a lo bestia

por último

hasta me nacieron unos cachos de toro miura.

ahora nadie me jode

y no se sorprendan si mañana

aparezco con mi camisa manchada de sangre

que no es mía

amores perros

( De Cajita de Bla-Bla )

¿peor es nada?

¿es preferible nada antes que algo?

todo depende.

si hay que ser perro para recibir los huesos debajo de la mesa, nada.

si hay que ser perro para verte las piernas

lamerte los pies

de pies a cabeza

chuparte hasta el tubo digestivo

mientras repites guau-guau

y quedarnos amarrados hasta la última página

entonces, todo.

Poemas inéditos

receta

( de Cajita de Bla-Bla )



paso 1

mezclar unas ganas locas

una risa de idiota

un encuentro imprevisto

un puñado de dudas

una pizca de resistencia

dos kilos de úlcera

un par de viajes

un par de tímpanos perforados

dos costillas rotas

chispas a voluntad

una lengua de dos hectáreas

férreamente domada

hasta hacerla delirar

( el cocinero zarandeará las palabras

una por una

hasta verles el culo)

y tener la impresión de que ha inventado un bla-bla

único en la cocina internacional

aunque los comensales terminen haciendo muecas.


paso 2


fabricar con varillas de acero una cajita

como una jaula para pájaros marcianos

prever una cámara de aire en el hormigón armado

para garantizar la maleabilidad y la duración del contenido.

calcular una puerta que haga factible el acceso al público

lo que interesa no es que los lectores se pongan a volar

sino es que el bla-bla funcione como cuy

como aspirador

o al menos como escoba de mimbre.

Fragmentos de Boca a Boca

Juicio final.

A la hora de las cuentas
A la hora del catastro del espacio tomado por la agricultura
Del suelo retaceado por las tierras ociosas
O por la línea de nubes detrás de los casteños
Nadie podrá ver nada del canibalismo liberal
Alguien dirá mea culpa y los vampiros se cagarán de risa.

(Los suspiros vertidos en La danza con los lobos
no serían contabilizados en el balance).

En la promiscuidad de la cultura alguien está en retraso
Y nadie sabe para quien trabaja.

¿Tendremos que morir para poder soñar?
Dormir no es suficiente.
Ninfomanías.


La tierra nos lame el cuello
Nos sacude
Nos acaricia los glúteos
Nos chupa los ojos
Todo
Hasta las uñas de los dedos de los pies.

Tanto escándalo
Para quedar convertidos en gusanos blanquísimos
Cual píldoras de semen movedizas.

Fragmentos de Boca a Boca

La memoria del ojo


El ojo no olvida nada. ni la zonas industriales, ni los suburbios.

No puede ignorar la acera de enfrente
Ni la agencia de viajes Paris-Dakar
Ni los viajes de verano por los mares podridos
Ni los desiertos con las firmas de Total
Ni la amazonía mordida por el Texaco
Ni las huellas de Repsol hundidas en la arena
Ni las mandíbulas redondas de Mitsubishi
Ni los abismos abruptos
Ni las montañas encenizándose como monedas suramericanas
Ni los lagos y sus vientres apagados
Ni los huesos rotos de las nubes
Ni los bosques convertidos en libros de pacotilla
O en aeropuertos clandestinos.

Tampoco olvida el olor negro del último minuto.
La memoria del ojo dice .

Fragmentos de Boca a Boca

El prado de mi infancia es un desguazadero.


Cementerio de plástico donde brillan desperdigadas
calaveras de cuarzo
(pantallas de computadores pasados de moda)
Más allá yace un avión con un ala rota y al pie de los cipreses
esqueléticos
Entre flacos champiñones
Relucen fajos de billetes americanos
Que no pudieron engordar la banca ni Wall Street


Es insufrible este paisaje
- el único Titanic que nos queda -
Con su ojo de ozono
Sus avenidas rojas
Sus puentes de ceniza.

Azules moscas se restregan las patas en torno a un eclipse
El globo es un horno lento de extinción masiva.



Asfixia, no me quieras
(de La ruta de Piscis)


Querido as fixia mía te
escri bi para de cir-
-te dos
pala bras: última-
-mente me quieres dema-
-siado.
Sobre todo desde el vier nes úl-
-timo. Ya vamos mar
tes y nadfie rexuxita.

A pan y a-
-gua me tie nes
(a mí que no soy
místico) y me mue ro
porque no
mue ro de ver güen za
si no de ma-
che ta zo ecuatoriano
de re sa ca
depoe mapo drido mue ro
mue ro de mu cha gen te
que me quieren como
nun ca
para siem pre mudo

Mar tesya
Yniunaputasílaba
Nisisisisisiquiera la no.


El aire se derrite
Las palabras son un líquido rojo
- poesía en regla -
cerca del tío vivo y sus caballos
de palo popular.

Las palabras
buscan la orejaqueseasfixia
en un abrir y cerrar de ojos
como la mano ciega del que vota
como la boca tuerta del que lee.

Fragmentos de Escaner

Dije un poco de agua

Señora
no he podido olvidarla.
Recuerdo bien sus ataques de risa
ese lunar al norte del ombligo
esas ganas de arrinconarme
al fondo más allá de La Mancha.


Me encantaban sus mejillas
que se volvían naranjas
mientras el sol se iba alejando
me parecía que se volvían más frutales
y me volvían loco.
Entonces
yo lancé por los aires
mis cuentos mis poemas y con mi panamá
más ligero que una pluma
empecé a abordarla
mientras usted se ponía a correr entre las olas
como loca de remate como buena francesa
lanzando por los aires un sostencito violeta
de adorable tamaño sus pezones
dos palabritas desbocadas trazaban
chaquiñanes ahí en medio del mar
que yo iba siguiendo como si fuera perro
detrás de alguna perra marina enrabietada
- qué ganas locas las suyas de morderme -
después vi que volaba su calzoncito negro
por poco lo confundo con una gaviotita
echándose a pique detrás de un pez minúsculo;
yo admiraba sus nalgas rozadas por la espuma
las más hermosas nalgas de la unión europea
no quise ver su culo tan divino
- tanta belleza para mí solito
es demasiado - me dije eso es el colmo.
Entonces me fui poniendo rojo de vergüenza
tomándome las manos usted me dijo "es hora
devórame lentamente antes que to te coma".
Yo cerré bien los ojos a ese mar de La Mancha
y luego le eché un polvo pues usted ignoraba
con quien se las traía mi señora La Parca.

Fragmentos de Maleta de Mano

se llamaba Visa, no Isabel.

1.

llevo la mano al pecho de mi camisa negra
- la verdadera, no la del fantoche Juanes -
pensando en la mujer
en esas dulces prendas por mi mal halladas


como una carta de amor, ahí estaba
- Visa Internacional -
lejos del corazón y cerca del infierno
y como no soy de la tribu que dice "en pelotas"
yo diré simplemente
que estaba ahí
desnuda, muy azul, la maldecida
y al gratuito alcance de la mano


en cada movimiento
en cada vaivén
en cada roce
ahí estaba la zorra
la muy pulga
la magnética mía
agarrándose obscena a mi tetilla izquierda


2.


todo empezaba con unas cosquillas raras
unas ganas dementes de nadie sabe qué
una fiebre en los dedos
una lengua azulada plásticamente erecta
reclamando los labios de una cajero automático
y la mano - de pronto - que parece alocarse
tecleando febrilmente esas zonas erógenas
de aquel hueco sin hueco incrustado en un muro
ritualizando un código
único
intransferible



algo resbala
algo se contorsiona y rezonga por dentro
algo sofoca, algo kafka y exaspera por fuera
frente al cajero del Banco del Pinchincha.
mi ego Rockefeller me bombea la sangre
el FMI me escupe risitas proxenetas
en ese malabarismo que dura 10 segundos
el cajero ha parido billetitos de a un dólar.

Fragmentos de Maleta de Mano

Tic Tac

tiempos de alcanfor
de alquitrán, de úlcera,

prefiero abrirme un hueco
flotar
hacerme a la idea que respiro por propia iniciativa
es que si fumo, no fumo, estoy buscando aire
y si lavo las tazas no estoy lavando tazas
me lavo la cabeza, que es distinto
y si riego agua en el jardín no es eso lo que hago
posiblemente estoy fraguando un crimen
cuidado entonces
cuando te acerques al pómulo de un pétalo
al estribo de un verso
cuando arranques una cereza del árbol que yo cuido
no te sorprendas si escuchas un tic-tac
un dum-dum ronco
como un acezante corazón de lobo

escupe
vete de ahí urgente
cada cereza
cada frase es una bomba de fragmentación.


Fragmentos de Los poemas del Coronel.

La deuda externa no es nuestra.

Al comienzo mi deseo era completamente manco.
Hubiera querido ser ambidextro, Eréndira,
pero ante ti y tu historia, con las justas me he quedado zurdo.
Desde entonces somos hermanos gemelos.
Yo no tenía ni la menor idea de entrar.
Quería solamente escuchar a Francisco El Hombre.
Donde Catarino,
hallar las huellas de mi hermano perdido en sus canciones.
Era medianoche y estaba a punto de partir,
cuando esta señora me exigió veinte centavos
para entrar al país de las delicias.
Al mirarte,
eras tan sólo una niña triste
desposeída de ti
-pues tu único bien no era tuyo sino de cualquiera-
con la resignación vestida de una carne fláccida,
ni siquiera tus pobres pezones de perrita triste
-balas decapitadas calibre 22-
eran tuyos.
La fauna acezante y la flora suntuosa del país de las delicias
por veinte centavos,
no eran más que un espejismo de los hombres tristes del trópico.

(Posiblemente la soledad sea un buen afrodisíaco)

Disfrazado de abuela, Dios te mataba a plazos,
enloquecido por los veinte centavos que 62 soldados le pagaban
día tras día
para acostarse contigo.
Según tus cálculos, te faltaban todavía diez años,
a setenta hombres cada noche,
para cancelar esa deuda tan rara.
A este paso -pensaba yo-
terminarías tragada por la fuerza terrestre.

Pobre Arídnere,
eres la única araña
que edificaba con su culo la casa de otra.

Yo he vuelto esta mañana
con el caballo de la suerte que te faltaba
- el amor, nada más-
para decirte que contaras conmigo,
para tomar a cargo tu revuelta,
para matarle a Dios,
para borrar la fetidez de tu historia atascada,
pero tú ya no estabas.

Entrevista de Augusto Rodríguez

Ramiro Oviedo
“Las perversiones del marketing han contaminado la poesía”


—Ramiro, vamos al principio, cuéntame: ¿cuándo nace tu relación con la literatura y la poesía? ¿Cómo es tu proceso creativo?

—Creo que empecé a escribir cuando aprendí a bañarme solo. Lo que pasa es que de pequeño, en el pueblo donde nací no había servicios higiénicos. Yo tenía casi cuatro años y una noche, después de la cena, fui al pozo de la huerta, atravesado por una tabla, en la que uno se sentaba a cagar viendo el cielo y escuchando a los sapos. Sin darme cuenta sentí que estaba como bailando un vals, pero sentado en la tabla. Para mi mala suerte era un temblor. Cuando me di cuenta ya estaba pataleando en un hueco de mierda. Toda mi familia había salido volando al patio para ponerse a buen recaudo y nadie se dio cuenta de mi desgracia. Por suerte, un vecino que había escuchado mis berrinches previno a mis padres. Desde entonces tengo la impresión de que huelo a mierda y que sólo escribiendo puedo limpiarme. Cuando me bañé solo por primera vez, y a veces incluso ahora, tengo la impresión de haberme caído en un hueco de mierda de 240.000 km². Mi viaje a Francia sólo contribuyó a agrandar el hueco. El mundo entero es un pozo séptico y la escritura es una especie de duchazo forzado. Mi proceso creativo es de los más ordinarios. Tuve una infancia perfecta, fui un plazuela total. Desde que llegué a Quito, casi a los seis años, se me dio por aprenderme a la agüita la ciudad. Vivía a cinco cuadras de la Plaza Grande y conocí casa por casa todo el centro histórico. Comencé a trabajar a los ocho años, cuidando a dos chicos —hijos de la puta más brava del barrio— que estaban en mi escuela. Yo les daba el desayuno, les vestía, les llevaba a clases, les traía de vuelta a la pensión, les iniciaba en la vida, y había noches en las que terminaba inventándoles cuentos para que se durmieran. Mis padres ni cuenta se daban, pues trabajaban tanto que no tenían tiempo para controlarme. Después me metieron preso en un seminario, donde estuve interno seis años, aprendiendo entre otras cosas griego y latín y sin ver a nadie. Sólo salía en vacaciones de navidad, de semana santa y las de fin de año. En este lugar lo único que podías hacer era jugar fútbol como si se acabara el mundo después del recreo, estudiar como loco y leer, leer y leer. Creo que ahí comenzó esta vaina de la literatura. En cada comida, por orden alfabético alguien leía un capítulo de un clásico en voz alta. Antes de comenzar el almuerzo o la cena, igualmente, alguien tenía que recitar un poema de memoria ante alumnos y profesores. Muchas veces se me paraban los pelos y se me ponía la piel de gallina al escucharlos. La literatura era una fiesta que continuaba por la noche en mi cama. Encendía una linternita y seguía leyendo. Durante las misas diarias, de segundo a sexto curso, camuflaba los libros con un forro de misal y seguía leyendo. Eso me volvió medio zombi. Vivía en otro planeta y me pasaba pensando poemas que no escribí nunca, hasta los 16, cuando mi profesor de literatura comenzó a exigirme tres poemas semanales, como una deuda, para el periódico del colegio. Así comenzó esta vaina.

—¿Qué poetas son tus referentes y cuáles son tus autores de cabecera?

—Últimamente soy un nómada total, entonces no tengo ni cama ni cabecera, peor autores. Por suerte hay bibliotecas abiertas, y siempre vuelvo a la poesía española: Quevedo, el conde de Villamediana. Después, Blas de Otero y Gabriel Celaya. Leopoldo Panero siempre funciona como electroshock; la vena urbana de Luís García Montero o la nota intimista de Luís Alberto de Cuenca son referentes innegables. En esa misma cantera de poetas queribles están Adoum, Cardenal, Nicanor Parra, Roque Dalton, Enrique Lihn, Gelman, Gonzalo Rojas, el peruano Cisneros o el mexicano Pacheco.

Mis referentes esenciales son, efecto, los antipoetas. O los poetas “anti”. Si a esto le agregamos la vena populista de los poemas que recitaba el indio Duarte, acolitado por una banda de mexicanos con su poesía rural, que poblaron mi adolescencia, ya se tiene una pista de la genética de mi escritura. Pero eso no es todo. En el Ecuador también tengo mis poetas: Hugo Mayo, Cesar Dávila Andrade, David Ledesma Vázquez, Jorge Enrique Adoum, Euler Granda, Efraín Jara. Desde los setenta ya estoy metido “de lleno” leyendo a los tzántzicos, particularmente a Raúl Arias y a Rafael Larrea. En una colección popular de la CCE descubrí a Rodrigo Pesántez Rodas, me entusiasmó tanto que llegué a memorizarme dos de sus poemas y a recitarlos en intimidad como si fueran míos ante unas mujeres que terminaban rindiéndose a “mi” talento. Hay plagios que valen un buen destrampe, decía en ese tiempo. O sea que no se me dio por plagiar a Baudelaire ni a Neruda, ni a gringos ni a rusos, sino a un cuencano..!

Hablando de nuestros tiempos, me gusta la poesía de Oñate, Artieda, Nieto, Paco Benavides, Javier Ponce, Jorge Martillo (el de antes), Roy Sigüenza, y entre los más jóvenes Mussó, Ernesto Carrión y Augusto Rodríguez.

—En el 2008 publicaste el poemario Boca a boca y en el 2009 el poemario Maleta de mano. ¿Qué me puedes decir de estos libros?

—El primero fue un intento ambicioso de ruptura con lo local. Esto me tenía amarrado peor que camisa de once varas y quise experimentar un nuevo registro. A nivel temático intentaba, más que un boca a boca meramente ecológico, asestar un buen martillazo a los lectores atrapados en una especie de nirvana irresponsable con el mundo. Maleta de mano es una especie de continuación de Esquitofrenia, con textos sin patria ni matria, abortados en el limbo de los viajes.

—Tu poesía se nutre de una gran gama de imaginarios sociales, idiomáticos, políticos, culturales muy diversos, ¿qué me puedes decir al respecto sobre tu propia poética?

—Básicamente se trata de una escritura que se gesta con lentitud, al contrario de la vida, y como un remanente digestivo, un ejercicio escatológico depurativo. Lo veo como una deyección, como el sudor o la orina, después de haberme dado cabezazos de lunes a domingo; por eso, muchas veces mi poesía no es tan limpia ni fragante. La poesía Nívea no me va. Es también una manera de agarrarle al lector y enseñarle a ladrar o de montarle para chuparle como cuy no sólo el mal de ojo sino toda la mierda. Y para eso, nada mejor que escribir a calzón quitado y aunque sea con las uñas. Le tengo tirria a la lengua de caucho de los vendedores de éxtasis y de trances baratos. Mi lengua es de carne y hueso y más que algún imaginario, me preocupa mucho la problemática concreta del hombre en un mundo más que jodido, hablo de su cobardía y de su complicidad con los verdugos, de su impotencia, de sus dudas, pero también de una resistencia que tiene que articularse social y políticamente. Mi gran error o mi gran virtud ha sido la de no haberme casado nunca con ningún partido, aunque siempre haya sido de izquierda y siga ahora más que nunca proclamándome de izquierda. Si fuera más joven seguro que militaría en algún grupo radical, tipo Alfaro-Vive. Ahora, después de haber pasado 22 años fuera del país y de haber visto los “milagros” de los rapaces que han desfilado por Carondelet, llegando al clímax con los payasos Bucaram o Gutiérrez y el éxodo inmisericorde de ecuatorianos al exterior, creo que hay que arrimar el hombro para sostener y llevar adelante el proyecto de institucionalización en el que se halla empeñado el actual gobierno.

—Ahora hay muchas “tendencias y modas” a la hora de escribir poesía, ¿con cuál te quedas y cuál rechazarías?

—La vaina es que algunos poetas se comportan con la poesía como si fuera una marca. Y si hablamos de marcas, hablamos de modas y tendencias, que condenan al producto a lo efímero. El problema lector- autor sigue el modelo del mercado oferta-demanda, y el cliente termina desnaturalizando la función y la razón de ser del producto. Si el poeta resiste y escribe al margen de las exigencias del mercado, aceptando las consecuencias de la marginalidad, estaría asegurando la longevidad mínima que exige un poema antes de ser digerido, que puede ser cualquier cosa, excepto un yogur pasado. Lo grave es que, en este mismo contexto, y como está tan de moda la falsificación, muchas veces nos caen con Ray-Ban falsetas, con whiskies, lociones y perfumes chiveados. La poesía va saliendo a la cancha con las firmas de quienes la subvencionan. No estamos lejos de toparnos con una poesía marca Adidas, otra Nike, Yves Saint Laurent y así por el estilo. Las perversiones del marketing han contaminado la poesía y en la blogósfera podemos hallar muchos ejemplos.

En lo que nos concierne, deberíamos quedarnos con lo que tenemos: nuestra carretera, nuestra propia procesión, tratando de conjugar el tono con la rabia, la bronca, el humor, el cinismo, que serán inevitablemente los derivados de lo que pasa afuera. Jamás el nihilismo. Ya está bien de desencanto. Para salir del hueco hay que mover el culo sin esperar a que nos den reparado el mundo.

—¿Qué opinión tienes sobre nuestro pequeño mundillo literario? ¿Sobre todo de los clásicos egos, vanidades y luchas por territorios tan comunes para todos?

—Hay quienes piensan que somos muchos. Que el mundo está inundado de poetas. Que cualquiera es poeta. Yo no comparto esa idea. Hay espacio para todos y, por último, me parece mejor un país lleno de poetas o aspirantes a poetas que un país de traficantes o de aspirantes a jugadores de ecuavolley. Es verdad que en este contexto, dada la vastedad de productores, resulta imposible saber qué es lo que se publica en nuestro entorno. Lo peor es que los hay de muy buena calidad y con una enorme potencia —jóvenes y no tan jóvenes—, que son prácticamente desconocidos, y otros cuya valía está por probarse, pero que gozan del espacio en la prensa y del favor de quienes fungen como críticos. Los grupos son inevitables. Total, cada quien tiene derecho a irse con la gente que quiera, lo evitable es el sectarismo de ciertos grupúsculos reaccionarios que creen que el poeta es un extraterrestre y que hay que escribir para marcianos, cuando resulta más fácil tener los pies en la tierra. Los pobres creo que ni duermen pensando cómo hacer para morirse célebres, cuando resulta más bonito morirme enamorado o jodiendo, por ejemplo.

—Pienso que tu generación todavía no goza de la apertura y del conocimiento real que debería tener sus poéticas. ¿A qué se debe esto?

—No lo creo. Hay poetas de mi generación que gozan de reconocimiento nacional e internacional, puesto que son invitados a ferias del libro por aquí y por acá. Yo estoy fuera del Ecuador desde hace años y no tengo derecho a exigir nada. Pero también tenemos que admitir que, pese a que no somos tan jóvenes, no hemos logrado construirnos como generación, pues no sólo carecemos de la cohesión y de la articulación elementales, sino que tampoco podemos exhibir una obra absolutamente sólida y eso porque cada uno decidió hacer lo que tenía que hacer, por su lado. Cuando les lleguemos por lo menos a las canillas a César Dávila, a Adoum o a Hugo Mayo, y si ni siquiera así nos reconocen, entonces tendremos razón de quejarnos.

—¿Qué piensas de la joven poesía ecuatoriana actual?

—Es un espacio nuevo también muy vasto y por eso, así como por mi distancia del país, algo de lo que no puedo afirmar nada con certeza. En Cuenca en el 2005 y más tarde en Guayaquil pude descubrir la existencia de numerosos poetas y grupos, muchos de ellos prometedores. Lo interesante es el espíritu de encuentro y de diálogo, la curiosidad y el empeño con que ellos se suscitan y que por suerte difiere esencialmente de la conducta de las generaciones anteriores que confundían la poesía con un concurso de palo encebado. En este sentido, el trabajo articulador y difusor de “La Buseta de Papel” es más que encomiable. Hay blogs que entran en esa línea, como el de Pablo Yépez (K-oz), el de La Buseta y el de Diego Velasco, que hacen un trabajo incesante de recuperación de la memoria, de forja de una identidad a través de la literatura y de difusión de nuevos textos y de nuevos autores. Ojalá no tiren la toalla. Hay posturas y registros de escritura potentes en cada provincia y es muy prometedor para nuestra literatura lo que los jóvenes andan escribiendo.

—He escuchado en numerosas ocasiones de que supuestamente la poesía sólo la leen y la consumen los mismos poetas, ¿crees que es así? ¿Cómo crear mecanismos para que la poesía llegue a otros sectores de la sociedad, pero sin que pierda su parte radical o subversiva?

—Eres optimista. Imagino que entre tal cantidad de poetas, hay dos o tres que leen lo que escribimos, aparte de dos o tres parientes cercanos. El resto es silencio. El problema es que existen poetas con la sangre bien bonita y con amigos en los periódicos, y cuyo enorme ombligo les impide ver la sangre ajena.

La mejor manera de promocionar y difundir la poesía en todos los sectores sería a través de la escuela y de los medios de comunicación. ¿Quiénes son los dueños de las palabras? Los que sabemos, los que siempre tuvieron el poder, acolitados por los medios de comunicación. El Estado, a través del Ministerio de Educación y de los medios, tiene vela en este entierro, y en gran medida serían los responsables de nuestra sensibilidad o de nuestra mutilación. El Régimen, que cuenta con ministros escritores, está haciendo lo mejor que puede para sacarle no sólo a la literatura sino al país entero de la cuneta, pero ellos solos no pueden cambiar nada de la noche a la mañana. Y como todo poema y todo poeta son y están, básicamente contra, nosotros tenemos que robarles las palabras a los que las tienen confiscadas. La parte subversiva del poema no requiere nutrirse de otra cosa sino de lo que nos depara a cada uno las 24 horas del día.

—¿En qué proyectos literarios o culturales te encuentras?

—Estoy reuniendo unos viejos textos (siempre sobre la memoria y nuestro patrimonio cultural popular), hablo de algunos héroes y personajes de leyenda, como El Chico de Oro (Jaime Valladares), Eugenio Espinoza, Edgar Peñaherrera, el “gato” Ansaldo..., con miras a armar un nuevo compendio (Cajita de bla-bla); también ando borroneando unos textos sobre el último tsunami (personal), una experiencia bastante fuerte que ha sacudido completamente mi vida. No puedo hacer más, pues mis obligaciones académicas en la universidad me lo impiden. No obstante, tengo pendiente finalizar la traducción al francés de una antología de poetas jóvenes (Antología Hugo Mayo); lamentablemente perdí mucho tiempo buscando entre mis relaciones alguien de buen nivel que pudiera hacerlo, pero me han tenido espera y espera, hasta que decidí hacerlo yo mismo. Una vez terminada esa etapa, intentaré ver un editor, que es otro cuento.

Entrevista de Augusto Rodriguez, publicado en Letralia.


Presentación del poeta

Ramiro Oviedo (Chambo, 1952) poeta, reside en Francia desde 1987, donde es profesor de literatura latinoamericana en la Université du Littoral.

Nació el 12 de marzo 1952, en Chambo, provincia de Chimborazo, donde vivió hasta los 5 años. Estudió pedagogía para la enseñanza del español, centrada en la literatura y en la lengua española. Tiene un doctorado en pedagogía por la Universidad Central, y es Egresado del Primer Ciclo Doctoral en Letras, en la Universidad Católica. Posteriormente obtuvo un doctorado en la Universidad de Toulouse.

Se considera a sí mismo como un escritor comprometido. La palabra le sirvió como instrumento para la reflexión, para modificar el comportamiento de algunos grupos, de algunas comunidades y de algunos barrios quiteños, populares sobre todo. Entre marionetas, cine, exposiciones de pintura, recitales poéticos, siempre en la calle o en la federación de barrios, fue como comenzó su trayectoria de escritor.

Estuvo vinculado a varios talleres literarios de Quito como La Pedrada Zurda, Tientos y Diferencias y luego Eskeletra. Publicó en varias revistas de Quito y Guayaquil antes de viajar a Francia en 1987.

Sus publicaciones

Serpencicleta, poesía, es el primero que aparece de la editorial Eskeletra en 1999 . Es un ejercicio de lenguaje simbólico donde la serpiente no para, es una rueda de bicicleta, no queriendo morderse la cola sino el mundo. Un aventurero metiéndose en camisa de once varas. “Como uno no es embajador, ni millonario, uno tiene que ir a romperse la cabeza ahí como sea”.

Luego vino Esquitofrenia, su segundo compendio de poemas. En un tono mucho más coloquial que el anterior, mucho más fresco, más cotidiano, prosaico, donde habla de esa experiencia de la ruptura, del “expatriamiento”. “No es como mucha gente cree, súper dolorosa, no he vivido el viaje como una tortura. Siempre hay un hueco que queda, pero es sobretodo una reflexión, un trabajo de la memoria, sobre Quito, con sus barrios con sus calles, con sus olores, con sus nubes, etc. Entonces Esquitofrenia es el ejercicio difícil de caminar, con un pie en Francia y otro en el Ecuador. La imposibilidad de caminar con agilidad”.

En 2003 publica Los Poemas del Coronel editado en Francia por Jacques Brémond, y que acaba de salir en la Casa de la Cultura. Es un ejercicio de reciclaje de materiales existentes, donde le da una voz al coronel Aureliano Buendía, de “Cien Años de Soledad”.


Los Poemas del Coronel obtuvo dos premios en Francia. Prix Trouvères 2002, Salon du Livre Touquet, Prix Claude Sernet, Salon du Livre de Rodez, 2004. Sin embargo, para Oviedo, más que los premios, el logro de este libro fue el ser editado por Jacques Brémond, uno de los editores de poesía más reconocidos en Francia.

Anteriormente publicó en Francia Fanesca, que es una mezcla de textos libres, entre poemas y ejercicios de narración, con un editor privado que aportó con grabados de su autoría, por lo que su precio era inaccesible y no tuvo mayor acogida. Sin embargo ha tratado de difundir algunos de esos textos por otras vías.

Escaner, libro que publica en el 2005, es una antología de su producción anterior con la inclusión de nuevos textos que todavía están por aparecer. En el 2007 escribió La Ruta de Piscis. “Es el intinerario que sigue piscis, tratado de manera simbólica”.

En agosto del 2008 la editorial Eskeletra publicó su libro Boca a Boca. Marca un viraje en el registro de escritura. Del antipoema, de lo coloquial, de lo corrosivo, de lo cotidiano, de lo simplista. Es más bien cerebral, resbaloso, escritura maleable, ambigua. El texto es polisémico. Tiene la pretensión de ser un texto de alcance universal, que no se quede en lo local, ni en lo nacional, sino que trascienda todo eso. El libro fue presentado por Iván Oñate, en el centro cultural Benjamín Carrión.

En en el 2009, publica con el auspicio de la SENAMI su último poemario, Maleta de Mano, un desgarro de Esquitofrenia, con textos sin patria ni matria, abortados en el limbo de los viajes.

La docencia

Es profesor de literatura desde los veinte años de edad. Convencido de lo que enseña, por su pasión por la literatura, disfruta de la docencia. En el pensum de estudios siempre incluye a autores ecuatorianos: Pablo Palacio, Jorge Icaza, los cuentos de Raúl Pérez, Iván Egüez, Huilo Ruales, Abdón Ubidia, Jorge Dávila Vásquez, entre otros; y, por supuesto a algunos grandes latinoamericanos: Horacio Quiroga; últimamente Roberto Bolaño y los capos de la minificción.

Ha participado en numerosas lecturas internacionales: en Moscú, en la casa de Maiakovski; en Italia, en Florencia, Parma, en Bélgica, Bruselas; en España tanto en Madrid como en Barcelona.

Con el apoyo de la Universidad organiza, desde hace doce años, los encuentros de escritores hispanófonos y francófonos. Cada año invita a dos representantes de cada lengua. También organiza coloquios, entre los que citamos el realizado en Boulogne sobre Juan Gelman y Roberto Bolaño en el 2006, y en el 2007, el coloquio en homenaje a Jorge Enrique Adoum, en presencia del escritor.